Lanzarote es una isla que parece de otro planeta, literalmente. Su geografía volcánica y sus playas de ensueño, son el telón de fondo perfecto para este destino canario que enamora a miles de turistas. Vamos a recorrerla un poco.
Todas las Islas Canarias son hijas de volcanes. Con el paso milenario del tiempo, cada una ha ido forjando su propia identidad y sus encantos, hasta llegar a ser hoy uno de los destinos más visitados del mundo.
Entre ellas está Lanzarote. La niña bonita, artística, diferente y enigmática. Con una belleza singular, llena de contrastes.
Sus atractivos incluyen playas, rutas volcánicas, actividades turísticas y culturales. Todo lo necesario para hacer de tu viaje una experiencia completa y fascinante. Te cuento lo que no puedes dejar de ver en tu paso por Lanzarote.
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Visitar el Parque Nacional de Timanfaya, un alunizaje en Lanzarote
La excursión al Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote es un imprescindible y uno de los lugares más impresionantes, te diría, de todo el archipiélago canario. Es lo más parecido a Marte o la luna, pero que vas a ver en la tierra.
La UNESCO le dio el reconocimiento de Reserva de la Biosfera en 1993, por su valor para el medioambiente.
El volcán Timanfaya fue el último en erupcionar de todos los volcanes de la isla. Fue en 1824 y estuvo expulsando lava por ¡seis años consecutivos! A raíz de esto, se originaron infinidad de estructuras y formaciones, que modificaron la geografía del lugar, despertando el interés de científicos y la fascinación de visitantes.
Para empezar la visita debes acercarte al Centro de Visitantes e Interpretación de Mancha Blanca, que tiene sala de exposiciones, buenas instalaciones y es de acceso gratuito. Desde allí puedes optar por una excursión con guía profesional para recorrer el parque. Además podrás hacer muchas actividades como caminar por las diferentes rutas, pasear en dromedario o recorrer la Ruta de los Volcanes en autobús. Este último paseo está incluido en la entrada al parque y los buses salen cada 20 minutos aproximadamente. Podrás recorrer tubos volcánicos, y campos de piroclastos y lava.
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Recorrer la Cueva de los Verdes, una ruta subterránea del volcán al mar
Es uno de los atractivos más convocantes de la isla. Y no es para menos, este espectacular tubo volcánico de 7 kilómetros, une al Volcán de la Corona, con el mar. Es una formación originada por la temperatura de la lava posteriormente solidificada y recorrerla, es un viaje al centro de la tierra que te dejará sin palabras.
La visita por supuesto debe hacerse junto a un guía especializado y dura en torno a 50 minutos. En ella, te adentrarás en esta especie de laberinto que une diversas galerías superpuestas y que llegan a alcanzar los 50 metros de altura.
Antiguamente, esta cueva sirvió de refugio para los habitantes de la isla, frente a los ataques piratas provenientes del norte de África. Luego fue refugio para el ganado de la familia de Los Verdes (propietarios del terreno y que le dan origen al nombre). Y ya por el siglo XIX, comenzó a despertar el interés de científicos y geólogos de todas partes del mundo.
César Manrique, artista canario y gran defensor de los valores de la isla para el medioambiente, llevó a cabo una maravillosa obra de intervención respetuosa, que juega con luces y sombras y le da a este recorrido el toque de magia perfecto.
Puedes obtener más información sobre actividades o entradas para la Cueva de los Verdes aquí.
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Maravillarte con Jameos del Agua, un oasis en las profundidades de la tierra
Muy cerca de la Cueva de los Verdes, al noroeste de la isla, están los Jameos del Agua. Este espacio de ensueño, también es el resultado de la intervención del artista César Manrique, quien en 1966, se dedicó de lleno a esta obra.
Los Jameos del Agua, nacen gracias a los tubos volcánicos formados por la erupción del volcán Corona hace más de 3000 años y miden alrededor de 6 kilómetros. Lo conforman tres jameos o aberturas en la tierra:
- Jameo Chico
- Jameo Grande
- Jameo Redondo
Hoy es una de las atracciones turísticas más importantes de Lanzarote, gracias al trabajo de César Manrique que los convirtió en un paseo accesible que integra a la perfección arquitectura y naturaleza.
La visita comienza bajando a través de una escalera caracol de piedra volcánica y que conduce a una cueva con un impresionante lago natural de agua transparente, rodeado de vegetación y colores. Además, verás una curiosa especie endémica de cangrejos albinos, única en todo el planeta. Siguiendo el recorrido verás el auditorio y el centro de vulcanología. Además te encontrarás con zonas de jardines exhuberantes y una piscina blanca, contrastante con el azul de su agua y el negro del paisaje volcánico.
Sin lugar a dudas visitar los Jameos del Agua con una excursión organizada te dejará con la boca abierta y que te adentrará en en las profundidades de la tierra y el mar, a través de un recorrido impecablemente diseñado para el disfrute humano.
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Tomar fotos desde el Mirador del Río, un balcón sobre el Atlántico
Otra maravillosa obra del ilustre César Manrique, que en 1973 inauguró el Mirador del Río. Una construcción que, fiel a su estilo, se integra armoniosamente con la naturaleza del lugar, en este caso sobre el acantilado de Famara y las Salinas del Río.
Este mirador ofrece las mejores panorámicas de Lanzarote, del Parque Natural del Archipiélago Chinijo y de la vecina isla Graciosa, que puedes visitar en una excursión organizada desde Lanzarote.
El interior del mirador tiene unas espectaculares bóvedas con grandes ventanales, todo en tonos blancos, combinados con madera, estructuras de hierro forjado y plantas colgando del techo. La planta superior se conecta con las terrazas exteriores, que son una experiencia en sí mismas y te dejarán la piel de gallina.
El Mirador del Río es sin dudas uno de los imprescindibles de Lanzarote ya que tiene una de las mejores vistas de todo el archipiélago. Te recomiendo en la medida de lo posible, que elijas un día o momento despejado para visitarlo, ya que con nubes o calima, no se puede apreciar su espectacularidad.
Ten en cuenta que a este mirador sólo se puede acceder en coche o contratando una excursión, no hay transporte público hasta allí.
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Visitar el Jardín de Cactus, de lo más bonito de la isla
Es la última obra e intervención que hizo César Manrique en Lanzarote, inaugurada en 1990 y declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico.
El Jardín de Cactus cuenta con unos 4500 ejemplares de cactus y un total de 450 especies diferentes, oriundas de todas partes del mundo. Hay ejemplares provenientes de Perú, Tanzania o Madagascar, entre otros. Algunas han ido creciendo tanto a lo largo de los años, que llegan a una altura de hasta 8 metros.
Este jardín se consolidó sobre una antigua cantera volcánica, a la que Manrique, como a todas sus obras, vio y explotó todo su potencial. Allí se mimetizan el paisajismo, la arquitectura y el arte en todas sus formas. Es un paraje que hechiza por su calidad estética y la paz que transmite.
Además en el jardín se encuentra un molino de viento del siglo XIX, al que se puede subir y obtener desde allí, maravillosas vistas de las plantaciones de cactus.
Como sucede con muchas atracciones en Lanzarote, la única forma de llegar es en coche particular o a través de una excursión. La entrada al Jardín de Cactus tiene un valor estimado de 6,50 € para adultos y 3,25 € para niños de entre 7 y 12 años.
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Pasar el día en el paraíso de Playa de Papagayo
Al extremo sur de la isla, la Playa de Papagayo es una visita obligada en Lanzarote y famosa por sus arenas claras y su aguas turquesas y cristalinas. Es un escenario perfecto para disfrutar del sol y el mar rodeados de una desértica inmensidad, digno de un paisaje de película.
Esta playa, incluida en el ranking de las mejores de toda España, está ubicada en el Parque Natural de los Ajaches y al ser un entorno protegido, es prácticamente virgen. Allí sólo encontrarás un parking, un camping y un par de chiringuitos.
La playa Papagayo está cubierta del viento por acantilados y es perfecta para practicar snorkel. En sus alrededores, también hay otros rincones idílicos que te recomiendo visitar:
- Playa Mujeres
- Playa de la Cera
- Playa Puerto Muelas
- Playa del Pozo
- Caleta del Congrio
- Caletón de San Marcial
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Relajarte en un entorno naturalmente puro, la Playa de Famara
Al noroeste de la isla, en el interior del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, se encuentra otra de las playas más famosas de Lanzarote, la Playa de Famara, que sin lugar a dudas, te recomiendo visitar.
De una belleza salvaje incomparable, esta playa tiene 6 kilómetros de arena dorada y oleaje furioso. Es tal vez, la playa virgen más grande de la isla y eso la hace increíblemente atractiva. Albergada por el risco montañoso que tiene el pico más alto de la isla, Peñas de Chache, de 670 metros, caminar por esta playa es una experiencia maravillosa.
Dado su carácter agreste y sus dimensiones, a esta playa difícilmente vas a verla masificada. Por ello tampoco posee servicios y la única forma de acceder a ella es en coche, hasta el pequeño pueblo de Caleta Famara que se encuentra al lado.
La Playa de Famara es la elegida por los surfistas y amantes de los deportes acuáticos, ya que suele tener grandes corrientes y fuertes olas todo el año. Ten en cuenta que por la misma razón, mantiene bandera roja permanentemente y no es una playa apta para darse un chapuzón en el mar.
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Caminar por Teguise, el encanto de viajar a Lanzarote del pasado
Fue capital de Lanzarote hasta mediados del siglo XIX, es uno de los pueblos más bonitos del archipiélago canario y un importante centro cultural y turístico para la isla.
Su encanto se refleja en sus calles con casitas blancas, edificios bajos, pintorescos (y muy buenos) restaurantes y tiendas de artesanías.
En tu paseo por Teguise, te recomiendo visitar:
- El casco histórico: uno de los más antiguos de Lanzarote y partícipe de los hechos más importantes de la vida de la isla.
- El Castillo de Santa Bárbara: que antiguamente defendía a la villa de los ataques piratas y hoy alberga justamente el Museo de la Piratería.
- El callejón de la Sangre: una calle protagonista en la historia de Teguise frente a la invasión norteafricana de 1569.
- El Mercadillo de Teguise: uno de los más famosos de las Islas Canarias, donde vas a encontrar productos típicos, artesanías y recuerdos.
- Playa de Famara: a tan sólo 10 kilómetros, una de las playas más hermosas de Lanzarote que se extiende junto a los acantilados del mismo nombre.
- Pasear tranquilamente por Haría, el pueblo elegido por César Manrique
A la vera del volcán de La Corona, en el valle de las Mil Palmeras, se ubica este pintoresco pueblo, lleno de vegetación y una de las zonas más fértiles de Lanzarote.
Vale la pena recorrer su casco histórico, visitar la plaza León y Castillo, la iglesia Nuestra Señora de la Encarnación y la Ermita de San Juan Bautista.
Su entorno pacífico y su abundante vegetación, llevaron a que el artista canario César Manrique, instalara allí su taller, hoy convertido en museo.
Lo que tienes que ver tu visita a Haría:
- La Casa-Museo César Manrique: construida por él mismo sobre una casa rehabilitada, hoy puede visitarse como museo. Allí podrás conocer su historia, sus obras y la huella que ha dejado y que hoy la Lanzarote presume orgullosa.
- Mercadillo: todos los sábados la plaza se llena de colores, artesanías y productos autóctonos que merecen la pena probarse.
- Cueva de los Verdes: a 10 minutos del pueblo, hay un atractivo tubo volcánico de 7 kilómetros que se conecta con el mar.
- Jameos del Agua: muy cerca también podrás encontrar esta maravillosa obra de Manrique que te dejará boquiabierto.
- Mirador del Río: a unos 10 kilómetros de distancia, llegarás al mirador más impresionante de Lanzarote, con vistas al mar y a la isla Graciosa.
- Perderte por las calles de Arrecife, la capital y lo más urbano de Lanzarote
Es capital de la isla desde 1847, cuando destronó a Teguise, para convertirse hoy en el centro administrativo, comercial y financiero de Lanzarote. Allí se reúnen el poder político y económico ya que es uno de los principales nexos con las demás Islas Canarias.
Arrecife es una ciudad con impronta marinera y que a pesar de su desarrollo, ha logrado conservar esta esencia. Tiene un carácter tranquilo que se refleja en su popular paseo marítimo, su casco antiguo, su arquitectura y el estilo de oferta turística.
En Arrecife, te recomiendo ver:
- El Castillo de San José, que actualmente alberga al Museo Internacional de Arte Contemporáneo, pero que en el pasado protegía a la isla de los ataques piratas.
- La calle Real: ubicada en el casco histórico, es una de las calles más comerciales y animadas de la ciudad. Allí encontrarás infinidad de restaurantes, tiendas y zonas de ocio.
- El Castillo de San Gabriel: otra de las construcciones que antiguamente defendían de los piratas. Este castillo es hoy el Museo Arqueológico y Etnográfico de Lanzarote.
- Charco de San Ginés: un espacio intervenido también por César Manrique, que solía reunir a los pescadores y hoy es una zona de ocio de referencia, llena de bares y restaurantes.
- Puente de las Bolas: uno de los más fotografiados de la ciudad, que en otro tiempo, fue un puente levadizo hacia el castillo de San Gabriel.